Un bonito recorrido por bosques de pinos, eucaliptos, caminos anchos y estrechos y hasta simplemente sendas, tramos llanos y otros empinados con piedrecitas sueltas que facilitaba los deslizamientos por lo que teníamos que tener especial cuidado para no caerse y la maravilla del embalse del Gergal que lo contemplamos en un merecido descanso.
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